Dirigentes campesinos discutieron sobre desafíos de agricultura sustentable en Latinoamérica
Autor: Indap
Nacional
Los principales desafíos de la agricultura sostenible en América Latina y su vinculación con las políticas públicas e iniciativas privadas que favorecen su desarrollo y consolidación en el tiempo, fueron los temas centrales de la cuarta jornada de trabajo de la Conferencia sobre Agricultura Familiar del Mercosur Ampliado, efectuada en el marco de la XXVI Reunión Especializada en Agricultura Familiar (REAF).
La discusión se desarrolló durante el seminario “Articulación público privada para la promoción de una agricultura familiar campesina (AFC) más sustentable”, en la que participaron autoridades de Gobierno y dirigentes de las principales organizaciones campesinas de Chile, Ecuador, Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil.
La jornada tuvo como objetivo central resignificar el rol del Estado en las políticas públicas y su articulación con instituciones privadas para atender las necesidades de los sectores rurales, fortaleciendo su capacidad de generar valor agregado y mayor inclusión para que la Agricultura Familiar Campesina realmente signifique una instancia de desarrollo real.
Así lo explicó Teodoro Rivas, subdirector de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), dependiente del Ministerio de Agricultura de Chile. “Uno de los grandes activos que tiene la agricultura chilena es la articulación público privada, que ha logrado generar alianzas y trabajo asociativo con espacios de diálogo para todos los protagonistas de la AFC, con la intención de generar consensos y miradas de largo plazo”, puntualizó.
Asimismo, el personero se refirió a los desafíos que unen a todos los países de Latinoamérica en el tema de sustentabilidad agroambiental, y que a su juicio están directamente relacionados con el aumento de la población, los nuevos factores de consumo, la vulnerabilidad de la Agricultura Familiar y las competencias que existen para el uso de los recursos naturales.
“Tenemos que establecer, como país, cuáles son los bienes públicos que requiere la Agricultura Familiar para sustentar su desarrollo y que éstos bienes nazcan a partir de diálogos, donde miremos quiénes somos, dónde estamos y para dónde queremos ir como sector productivo”, explicó.
Realidad latinoamericana
Entre los expositores desatacaron las experiencias de Argentina, Brasil, Ecuador, Paraguay y Chile:
En el caso argentino se destacó la mano de obra familiar, que le otorga un valor agregado a la Agricultura Familiar Campesina; las ferias campesinas, que están presentes en más de dos mil lugares estratégicos de toda la República; el sello especial que releva los productos que fueron producidos en el campo por manos campesinas; y las experiencias innovadoras, en el caso de la producción de frutas exóticas como la tuna blanca o el mango de oro.
Por su parte, Brasil enfatizó especialmente la experiencia de los biocombustibles producidos por la Agricultura Familiar; mientras que Ecuador relató la experiencia de los campesinos de Palenqua, en la provincia de Los Ríos, quienes gestionaron y generaron los apoyos que necesitaban para combatir la pobreza y superar paulatinamente sus carencias.
En el caso de Paraguay se relevó el trabajo que han realizado las empresas privadas y los representantes de organizaciones a través de convenios de cooperación técnica, lo que ha generado un proceso de fortalecimiento de las organizaciones campesinas y la generación de planes de negocios articulados y sostenibles en el tiempo.
Por último, el relato de la experiencia chilena estuvo a cargo de Misael Cuevas, presidente de la Federación Apícola Nacional, quien se refirió a la necesidad de que los profesionales, extensionistas y asesores técnicos que trabajan en terreno visualicen el paradigma desde el cuál van a iniciar el diálogo con los productores y campesinos, “incorporando en el debate qué es y qué significa la Agricultura Familiar, para trabajar de mejor forma en los territorios y así lograr sustentabilidad en el tiempo”.
Finalmente, Cuevas se refirió a los aprendizajes y desafíos para la Agricultura Familiar sustentable, que en el primer caso tienen que ver con el despliegue territorial, los instrumentos de fomento y herramientas diferenciadas para grandes y pequeños agricultores; en el segundo punto se refieren a la necesidad de contar con mayores espacios de socialización con los dirigentes campesinos, la construcción de propuesta y la transparencia de las iniciativas que se generan desde el Estado.