Elizabeth Aranda y su hija Pía mantienen viva centenaria producción de abejas en Casablanca

Autor: Indap

Valparaíso

A Elizabeth Aranda y su hija Pía Castro no sólo las une el vínculo familiar, sino que el amor a la naturaleza y en particular a las más importantes polinizadoras del planeta: las abejas, pequeños insectos de los que depende la tercera parte de lo que consume el ser humano y que han estado presentes por más de 200 años en la parcela familiar que comparten en la comuna de Casablanca, herencia de sus antepasados.

“Yo pertenezco a la cuarta generación de apicultores de la familia, ya que mis bisabuelos fueron los primeros en tener colmenas en la parcela. Ellos trabajaban con colmenas rústicas, después mis abuelos comenzaron a trabajar en forma más convencional y posteriormente mi madre y yo le dimos una mirada femenina a la producción apícola”, dice Pía Castro, quien además es presidenta de la Red Apícola de Casablanca, vicepresidenta del Consejo Asesor Regional (CAR) de INDAP y presidenta del Comité de Agencia de Área (CADA).

Es así como hace unos diez años nació el emprendimiento Miely, como un concepto de mujer que se transmite a través de la diferenciación en la producción, con envase, logo e imagen femenina y con la diversificación a través de las mieles gourmet con canela y chocolate-nuez, medicinales y multivitamínicas, entre otros productos.

“Todos los productos de la colmena los usamos desde chicos. Ahí vimos que había una oportunidad de mercado y empezamos a diversificar con las mieles gourmet, y una variedad de productos como mieles medicinales, que son maceraciones con hierbas como eucaliptus, tilo, malva o menta (donde la miel toma sus propiedades); multivitamínicos, que llevan miel, polen y propóleo; cremas faciales, jabones y bálsamos labiales”.

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Todo esto, asegura Pía, se hace con respeto a las abejas y la naturaleza, dejándoles su propia miel para alimentarse, no dándoles suplementos artificiales como azúcar ni aplicando químicos en el tratamiento de las colmenas. “Tratamos de rescatar los mejor de lo mejor en la calidad de la miel”, asegura la emprendedora.

Con un total de 50 colmenas repartidas en 20 hectáreas de terreno, Pía y su madre le han dado la pelea a la sequía que afecta a la comuna y a la Región de Valparaíso desde hace varios años. Para ello han recibido apoyo de INDAP a través de diversos proyectos para mejorar la producción apícola y, últimamente, para la producción de olivos y un incipiente proyecto de turismo rural que quieren implementar formalmente este 2020.

“La sequía nos afectó y algunas especies nativas no florecieron. Frente a este complejo panorama ha sido fundamental el apoyo de INDAP, para sacar adelante muchos proyectos como nuestra sala de ventas y la sala de procesos. Hoy estamos sacando a flote un huerto de olivos para tener nuestro propio aceite de oliva extra virgen. Queremos que este campo sea un centro agroecológico donde la gente pueda encontrar un espacio de sanación”, enfatiza Pía.

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Elizabeth Aranda dice que quieren tener un espacio donde las personas puedan ver las colmenas y brindarles otro tipo de servicios turísticos: “Estamos dándole un giro hacia el turismo rural y místico a nuestra producción, relacionándola con la meditación, la alimentación saludable y la miel que es un producto maravilloso”.

“Hemos concretado una serie de acciones en la región para ir en apoyo del rubro apícola, como asesorías técnicas, proyectos para mejorar la implementación de salas de procesos y, por otro lado, también hemos entregado bonos de emergencia que buscan entregar insumos necesarios para su sanidad. El turismo rural permite diversificar la producción y ser un aporte al sustento económico de las familias campesinas”, comentó el director regional de INDAP, Fernando Torregrosa.