UN MILLÓN DE PLANTAS MENSUALES PRODUCE AGRICULTOR DEL PINTORESCO PUEBLITO DE LO ABARCA

Ocupando la técnica de los almácigos, lugar donde se siembran distintos tipos de semillas y se cuida su desarrollo hasta que la planta puede ser trasplantada a otro lugar, el agricultor del programa Servicio de Asesoría Técnica de INDAP logra producir 250 mil plantas a la semana.

Autor: Indap

Valparaíso

Ubicado entre los cordones montañosos de la cordillera de la Costa, a siete kilómetros de Cartagena, se encuentra el pueblito de Lo Abarca, un campestre y fértil valle costero famoso por sus lechugas, el vino y por su imponente actividad agrícola, ganadera y cultural.

Separado del mar por unos cerritos que lo ayudan a crear un microclima especial, Lo Abarca es el paraíso ideal para cultivar distintas especies y es el hogar de Joaquín Velásquez, productor de plantines que gracias a su esfuerzo y a los beneficios brindados por INDAP ha llegado a obtener un millón de plantas mensuales mediante la técnica de los almácigos.

Zapallo italiano, tomates, brócoli, coliflor, repollo morado y distintas variedades de lechugas como la milanesa, escarola y costina (la más famosa en Lo Abarca) son algunas de las hortalizas que produce este agricultor en su primera etapa de desarrollo para luego entregarlas y ser trasplantadas.

Consultado sobre este método, Velásquez afirma que “esta técnica es fantástica porque puedo cultivar una gran variedad de especies con menos agua, espacio, tierra y mano de obra. Desde que planto, pasan alrededor de cuarenta días hasta que las entrego al agricultor para que se las lleve y las siga cultivando”.

El usuario del programa Servicio de Asesoría Técnica, SAT, de INDAP sostuvo además que “los beneficios que me ha aportado el Servicio de Asesoría han sido muy significativos porque he aprendido cosas nuevas en materia de fumigación y fertilización, me han dado créditos convenientes, un sistema de riego básico y máquinas como una fumigadora, un rotocultivador y un tractor”.

Tradición Familiar

Proveniente de una familia con arraigada tradición campesina, Joaquín Velásquez no titubea al afirmar que la ciudad no es lo suyo. “A mí me encanta trabajar la tierra porque esto me hace ser libre y lo más bien que he sobrevivido y salido adelante sin grandes estudios”.

“Yo tengo seis hermanos y, de todos, yo siempre fui el más acampado, por eso me quedé en Lo Abarca. Vivo el día a día y no me proyecto mucho en el tiempo porque así como cambia el tiempo, también varían los mercados, las exigencias y las necesidades”