INDAP IMPULSA INICIATIVA PARA POTENCIAR CULTIVO DE QUINOA EN EL ALTIPLANO

Profesionales de INDAP viajaron a Bolivia con el objetivo de generar una instancia de intercambio de experiencias y conocer cómo los productores bolivianos se organizan para poder explotar este pseudo-cereal.

Autor: Indap

Tarapacá

No hay duda que Bolivia es uno de los principales productores mundiales de quínoa, representando el 46 por ciento de la producción global de este pseudo-cereal. Justamente considerando este dato relevante es que una delegación de INDAP, servicio dependiente del Ministerio de Agricultura, se trasladó al país vecino, con el objetivo de conocer detalles de su cultivo, además de su experiencia asociativa y la mecanización incorporada en la producción. 

El grupo, conformado por el director regional de INDAP Tarapacá, Claudio Koplow; el profesional de Fomento de la institución, Jorge Jones, y el representante de los agricultores de Colchane  Crescencio Esteban Moscoso, visitó el municipio de Salinas de Garci Mendoza, en Oruro, zona conocida como “Capital de la Quínoa” por la producción de quínoa real, que se exporta a países de Europa y Estados Unidos.

 “La idea fue generar una instancia de intercambio de experiencias y conocer cómo los productores bolivianos se organizan para poder explotar este pseudo-cereal. Un segundo objetivo era interiorizarse de las nuevas tecnologías relacionadas a maquinaria que permita hacer más eficiente la producción de nuestros pequeños agricultores. En esto, la opinión de don Crescencio resultó fundamental, y un gran aporte”, explicó Koplow.

En esta gira técnica la delegación de INDAP Tarapacá se reunió con profesionales del Centro Nacional de la Quínoa, institución conformada por la Universidad Técnica de Oruro, Fundación Autapo, más el apoyo del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) y el Gobierno Autónomo Municipal de Salinas. 

En esta zona pudieron conocer experiencias de manejo de plagas, monitoreo de plagas usando feromonas, elaboración de biopesticidas, incorporación de sistemas de riego, fertilización. También conocieron parte de las instalaciones de la Asociación de Productores de Quínoa de Salinas, que reúne a 310 socios; realizaron visitas a terreno para conversar directamente con los productores, que en promedio manejan seis hectáreas de cultivo de quínoa con una producción promedio de 600 a 800 kilos por hectárea. Este aspecto, la baja productividad, es una realidad que comparten ambos países, y es un tema que requiere ser abordado en forma urgente. Es por ello que un tercer objetivo de la gira técnica era formular las bases y pre-acordar un convenio internacional de colaboración e intercambio técnico-comercial en la producción de quínoa.      

“Como resultado traemos un paquete de medidas que podemos implementar acá, como adquirir máquinas desaponificadoras, que nuestros agricultores requieren con urgencia, al igual que otra que facilita el tostado de la quínoa.  Además vimos algunos prototipos de trilladoras que ha hecho la universidad y que se van a probar en marzo cuando comience la temporada de cosecha”, expresó el director de INDAP.

“Un tema que nos preocupa de sobremanera es la cosecha de la quínoa, ya que por ahora se mantiene como una labor manual con mínima mecanización. Esperábamos encontrar alguna novedad en este aspecto en Bolivia, pero por ahora hay sólo prototipos” agregó Koplow. 

Una ventaja que sin duda ostentan los productores bolivianos tiene que ver con la capacidad de organizarse, agregó el director de INDAP, indicando que “hay que reforzar el aspecto organizacional de las comunidades y hacerles ver que se puede trabajar asociado, y que cada uno se verá favorecido en la misma medida del esfuerzo y empeño que coloque en la producción de su quínoa”.

También en esta gira se encontró un equipo que puede representar una oportunidad para algunas productoras, el que es utilizado en el centro para extraer esencias que luego transforman en biopesticidas. “Estamos pensando que este pequeño equipo extractor de esencias puede ser muy útil para nuestras productoras de hierbas medicinales y aromáticas, ya que les permitiría desarrollar una nueva líneas de productos que agregue valor a su producción”, todo enmarcado en el año de la innovación declarado por el presidente Sebastián Piñera, y en el mandato enfocado a colocar el máximo esfuerzo posible en derrotar la extrema pobreza rural y mejorar la calidad de vida de todos los chilenos, en particular de aquellos que practican la pequeña agricultura campesina.