37 productores de Atacama La Grande y Alto Loa completan ciclo de transición a la agricultura sostenible
Autor: Catalina Berríos
Norte Grande Programas Eje Sustentabilidad y adaptación al cambio climatico Antofagasta
El programa TAS de INDAP busca fortalecer los sistemas productivos con un enfoque sostenible, adaptado a los distintos territorios y respetuoso del medioambiente.
A más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, en la localidad de Caspana, se llevó a cabo el cierre del Programa de Transición a la Agricultura Sostenible (TAS) en la región de Antofagasta, en un acto que congregó a 37 agricultores y agricultoras de Atacama La Grande y Alto Loa, quienes durante dos años fueron parte de esta iniciativa conjunta de INDAP e INIA que busca entregar herramientas prácticas y conocimientos para promover una producción agrícola responsable y en armonía con el entorno natural.
Este programa impulsado por el Gobierno del Presidente Boric –que se implementa en todas las regiones del país y que ya ha beneficiado a más de 1.000 usuarios y usuarias de INDAP entre Arica y Magallanes– tiene por objetivo fortalecer la capacidad de los sistemas productivos locales, incorporando prácticas agroecológicas y de manejo sostenible mediante asesorías técnicas, capacitaciones y apoyo en inversiones.
En el caso de Antofagasta, el proceso fue especialmente significativo por las condiciones extremas del entorno. Así lo destacó el director regional de INDAP, Jaime Pinto Flores, quien indicó que “vemos que la gente con mucha felicidad hoy nos manifiesta que les sirvió esta experiencia, que pudieron aprender, se pudieron acercar a una producción más amigable y eso nos tiene contentos y nos genera desafíos para focalizarnos ahora en otras partes de la región”.
El cierre del TAS, realizado en un entorno cargado de simbolismo y tradición agrícola, fue también un espacio para compartir aprendizajes y desafíos de esta transición, ya que el programa tuvo asesorías técnicas personalizadas en predios, además de capacitaciones grupales en biodiversidad, manejo ecológico de plagas, conservación de suelos y adaptación al cambio climático. También se entregaron incentivos económicos para insumos básicos y proyectos de inversión.
La seremi de Agricultura, Karina Araya López, valoró el impacto que ha tenido el programa en las comunidades rurales: “Les ayuda a continuar su actividad económica que se ha extendido por tiempos inmemoriales y es nuestra misión propender a la conservación de esto. El TAS nos invita y permite eso, respetar la cosmovisión y los saberes ancestrales de cómo trabajan la agricultura, sin obligarlos a una agricultura industrial como se estilaba antes. Este gobierno respeta la cosmovisión de ellos, potenciando así su sostenibilidad”.
Para Marcela Ramos, presidenta de los regantes del Ayllu de Cucuter, en San Pedro de Atacama, “este programa vino a dar valor a esta nueva forma de usar nuestros abonos, de implementar nuestro cultivo; era lo que nuestros padres aplicaban y nosotros dejamos de hacer. Tener este trabajo no solo es teoría, es práctica, nos mejora y nos da el aliento de seguir, y viene a fortalecer nuestras herencias”.