Artesana de Rari María del Pilar Véjar: “La cestería en crin de caballo es el gran motor de mi vida”

Autor: Julio Díaz

Zona Central Mercado Maule
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María del Pilar Véjar Sepúlveda (65) nació y se crio en el seno de una humilde familia campesina del pueblo de Rari, en la comuna de Colbún, Región del Maule, y a los 8 años de edad su madre, Celmira, fallecida en 2014, le enseñó a tejer con crin de caballo (el pelo de la cola del animal). Lo primero que hizo fueron círculos y con el tiempo fue adquiriendo las destrezas que la llevarían a convertirse en la maestra artesana que es hoy.

Por aquella época todas las mujeres de la zona aprendían desde niñas este oficio, que se heredaba de generación en generación, para aportar a la  economía familiar. Así lo hizo ella también: “Éramos ocho hermanos, cinco mujeres, y yo era la mayor. Como escaseaba el dinero, teníamos que ayudar a mi mamá. Ella empezaba la pieza, hacía la urdiembre, y nosotras seguíamos avanzando. Luego los trabajos eran entregados a comerciantes a muy bajos precios. Fue una época dura”.

Con el paso de los años tanto Rari como sus mujeres recibirían el reconocimiento que merecían. En 2010 la comunidad de artesanas fue distinguida como Tesoro Humano Vivo por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y la Unesco, en 2015 el pueblo fue designado Ciudad Artesanal del Mundo por el World Crafts Council y en 2018 el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) otorgó el Sello de Origen a este ancestral oficio, único en el mundo.

María del Pilar fue la única de su familia que se dedicó por entero a la artesanía en crin y gracias al trabajo de sus manos y a la agricultura –cultiva y vende hortalizas­– logró sacar adelante a sus cuatro hijos, dos hombres (uno es emprendedor turístico y el otro, funcionario del Ejército) y dos mujeres (una profesora de educación diferencial y una trabajadora social).

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Dice que un momento importante en su vida fue cuando se hizo usuaria del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap): Como integrante del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) recibió apoyo para su labor agrícola y como artesana participó en ferias –la primera fue en la Fiesta del Chancho Muerto en Talca en 2014 y la última en el Parque Municipal de Castro a fines de enero de 2020, antes que se desatara la pandemia– y recibió capacitaciones que le dieron mayor valor a su trabajo.

Hoy, en su Taller Las Tres Marías, ubicado en Santa Rosa de Panimávida, a 3 kilómetros de Rari, no para de desarrollar su creatividad. Con una tijera para cortar los restos de crin e ixtle –fibra vegetal complementaria que se utiliza para las piezas que requieren de mayor flexibilidad– y una aguja para las terminaciones, sus manos crean mariposas, brujas, damas, portavasos, marcadores de libros y de copas, aros, prendedores y collares, en un proceso similar al tejido del mimbre.

“Yo amo lo que hago, es el gran motor de mi vida. No hay día en que no me siente a trabajar, porque si no lo hago siento que es un día perdido. Una vez que termino las tareas de mi hogar, cuando no hay visitas, ninguna gallina cacarea a lo lejos y nadie llega a comprar lechugas, me siento a tejer, a veces hasta la una de la madrugada. Hace poco compré crin de unos caballos del Club Hípico de Santiago, así que tengo material para trabajar todo el año”, cuenta.

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Pero María del Pilar tiene una preocupación: “Pese a que hemos sido reconocidas a nivel mundial, veo que va a llegar un día en que las artesanas vamos a desaparecer; ya estamos envejeciendo y la juventud parece no interesarse por aprender este legado”. Por esa razón, siempre está dispuesta a dictar talleres donde quiera que la inviten y también online para traspasar sus conocimientos. “Me apasiona enseñar, estoy orgullosa de lo que hago y no quiero que muera mi oficio”, expresa con convicción.

Teléfono: +56 9 9127 0655

Correo: pilar.vejar@hotmail.com

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