Criancero Gabriel Tapia realiza tours para disfrutar petroglifos y estrellas en Rincón Las Chilcas

Autor: Indap

Coquimbo

Más de 200 petroglifos de los antiguos pueblos que habitaron el valle del río Limarí durante el período precolombino -molles y diaguitas-, un paisaje semiárido con abundancia de espinos y un cielo limpio durante gran parte del año, ideal para la observación astronómica, es el panorama que espera a todos quienes visiten la localidad Rincón Las Chilcas.

En ese lugar precordillerano, ubicado en torno a los mil metros sobre el nivel del mar, 20 kilómetros al noreste de Combarbalá, Gabriel Tapia, nacido y criado en la zona, criancero y agricultor al igual que sus padres y hoy emprendedor turístico, realiza tours por los vestigios arqueológicos y difunde las historias que rondan lo que, según estudios, fue un centro ceremonial destinado a afianzar las jerarquías y la cohesión tribal mediante ritos religiosos y de fertilidad.

Allí también se habría practicado la observación del Sol, la Luna y otros fenómenos astronómicos, concebidos como divinidades reguladoras de la naturaleza bajo una concepción dualista y cuyos favores propiciaban la práctica de una incipiente agricultura y ganadería.

Pese a que sólo cursó estudios hasta sexto básico, Gabriel es el mejor conocedor de ese territorio y también ha aprendido mucho de los académicos, científicos e investigadores que comenzaron a llegar desde principios de la década de los 90 para estudiar los testimonios de las antiguas culturas, los que, por entonces, el creía que solo eran "monos, rayas y marcas de algún mal dibujante, niños o un ​curadito".

Cuenta el criancero que sólo en 2001 se convence de que “los petroglifos son un legado dejado por los pueblos antiguos”. En los años siguientes comienzan a aumentar los visitantes, “traídos por la gente del Planetario de la Usach”,  y en 2007  él se decide a realizar sus propios tours, aprovechando todo lo que sabía. “Me puse más observador del entorno y me informé sobre los pueblos originarios de la zona”, cuenta.

Los tours que realiza Gabriel en la comuna limarina son de turismo arqueológico y los complementa con una muestra de turismo astronómico: “Desde que estoy haciendo los recorridos considero que ha venido harta gente. Además tenemos una tienda de recuerdos con réplicas de los petroglifos en miniatura, algo muy cotizado. Muchas veces me ha tocado recibir a turistas extranjeros y ellos son los más felices con los conocimientos que pueden adquirir”.

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El impulso de INDAP

En 2015, gracias al Programa Zonas Rezagadas -ejecutado por INDAP con recursos del Gobierno Regional de Coquimbo- el emprendedor logró cumplir el anhelo de potenciar su negocio de turismo arqueoastronómico con la adquisición de dos telescopios que tuvieron un costo cercano a los $3 millones. “INDAP siempre han estado presente, desde mi trabajo como criancero y agricultor hasta ahora. Puedo decir que gran parte de lo que tengo es gracias a la institución”, enfatiza.

El director regional (S) de INDAP, José Sepúlveda, dice que “casos como el de Gabriel demuestran la rica cultura en la que viven los habitantes del mundo rural, quienes pueden potenciar aún más sus talentos con esfuerzo y creatividad. La idea es que más de nuestros usuarios se motiven a desarrollar el turismo, lo que les permitirá contar con mayores ingresos”.

El emprendimiento de Gabriel tiene como escenario uno de los 10 mejores lugares de observación de arte rupestre del país, aspecto que destaca el seremi de Agricultura, Rodrigo Órdenes: “Como Ministerio nos alegramos por el trabajo que se viene desarrollando en Rincón Las Chilcas mediante la combinación de arqueología y turismo. El programa del Presidente Piñera es claro al indicar que se quiere potenciar el turismo agrícola y rural, de manera de generar nuevos ingresos a las familias, y nuestra intendenta Lucía Pinto quiere que sigamos impulsando ejemplos similares a éste”.

Contacto de Gabriel Tapia: +56 9 8980 7165, gabriel7576@gmail.com.