Pequeños ganaderos de Magallanes quieren revivir la exitosa producción lechera de antaño

Autor: Indap

Magallanes

Las antiguas lecherías magallánicas estaban desperdigadas por todos lados y realizaban reparto a domicilio, con entregas que llegaban a los 5 mil litros diarios en Punta Arenas. Esta realidad empezó a decaer a fines de los años 80, casi al mismo tiempo en que desapareció de los barrios el grito que anunciaba el paso de los lecheros. Hoy apenas sobreviven diez productores que en total no suman más de 120 vacas para abastecer a la capital regional.

Cambiar esta realidad y recuperar el éxito de antaño son parte de los desafíos que tiene INDAP en esa zona austral. Para eso ya se han iniciado capacitaciones destinadas a mejorar la calidad de la leche, al mismo tiempo que se están incorporando tecnologías y prácticas que aseguren el control higiénico de todo el proceso de ordeña.

Durante dos días los productores patagónicos participaron en un taller organizado por INDAP y financiado por el Gobierno Regional para producir leche de calidad y asegurar las buenas prácticas en el proceso de ordeña. Las clases estuvieron orientadas a la salud mamaria del animal y a las técnicas que permiten identificar los parámetros de calidad de la leche, así como los componentes que intervienen en el proceso y la higiene que demanda cada etapa.

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“La idea es recuperar las lecherías que sobreviven y ayudarlas a que se modernicen, entregándoles mejor tecnología y los conocimientos necesarios para que mejoren sus procesos de producción y comercialización. Esa es una de las tareas del gobierno y hacia allá estamos concentrando hoy nuestros esfuerzos”, explicó Petar Bradasic, director regional (s) de INDAP.

Para el seremi de Agricultura, José Fernández, en estos tiempos es fundamental modernizar los procesos: “Lo que está haciendo INDAP está en línea con el espíritu del Presidente Piñera, de aplicar tecnología en la agricultura y en este caso en la producción de leche, para que los productores cumplan con las normativas de higiene que cada día son más complejas”, precisó.

José Luis Mallada (50), uno de los beneficiados, representa a la tercera generación de lecheros de su familia. Su abuelo llegó de España en la década del 20 e inicio su lechería arrendando vacas hasta tener las propias. Desde entonces existe con el nombre de “La Granja Asturiana”.

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“Hemos tenido momentos difíciles, pero seguimos adelante. Uno vive de esto y por eso queremos hacer un producto de calidad, con todas las normas sanitarias vigentes. Hoy la gente de nuevo está prefiriendo lo natural y por mucho que la leche en caja diga que es entera, no hay nada como la leche fresca, ésa es nuestra ventaja”, dice Mallada.

La pequeña productora Carla Rohers (27) es una de las más entusiastas con recuperar la tradición lechera de la zona austral. Aunque sólo tiene cinco vacas, sabe que lo más importante es tener una leche de calidad y con relato. “Las capacitaciones que está entregando INDAP son muy buenas. Ésa es la línea que necesitamos para poder avanzar. Con esto nos damos cuenta que no estamos solos y contamos con un importante acompañamiento en nuestra labor”, expresó.